Quiero tener niños. Quiero verles crecer, darles la manita para empezar a andar, enseñarles qué son los colores, la hierba húmeda, el olor de las flores, el reflejo del agua. Quiero que me miren con esos ojos sin malicia que tienen, con esos ojos que se sorprenden con las cosas más inverosímiles. Cosas que yo ya no recuerdo si a mí también me sorprendieron. Quiero contarles historias y ayudarles a imaginar las suyas propias, enseñarles que no hay que tener tanto miedo, ayudarles a juntar letras para escribir por primera vez su nombre, a lo que seguirán sus gustos, sus aficiones, sus sueños. Quiero jugar a cocinitas o a los caballos o a escondernos y perseguirnos y tirarnos al suelo, y verles reir de esa manera que sólo los niños saben. Quiero enseñarles las cosas bonitas de este mundo, las cosas que a mí me hacen sentir viva, o feliz o simplemente tranquila, como regar una planta, o escuchar una canción, o mirar un amanecer con sus colores de arcoiris. Quiero estar allí para que beban de mí y beber yo de ellos al mismo tiempo, y cada día aprender a ser más feliz y mejor persona, por y para ellos. Quiero enseñarles a no conformarse, a ser ellos mismos, a aceptar la diferencia y a apreciar el conocimiento. Quiero que conozcan a Anna, que puedan sentirse queridos por ella, que conozcan a Vanesa y se vayan de la mano con ella a su mundo de magia. Quiero verles caerse y levantarse para seguir jugando, para seguir viviendo. Quiero ver sus contradicciones, sus dudas, sus miedos, sus estallidos de ira y de felicidad. Yo quiero verlo, yo quiero vivirlo. Por estas razones, tan simples y tan egoístas, siento que quiero de repente tener niños.
viernes, abril 13, 2007
Publicado por Agia en 7:57 a. m.
Etiquetas: palabrería, yo
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
que bonito tu post....
Te entiendo perfectamente. Es el momento de la llamada "biológica", cuando sientes que estás preparada. No sé a tí, pero a mí por un lado me hace ilusión, pero por otro me asusta muchísimo.
Publicar un comentario