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domingo, mayo 28, 2006

idiosincrasias, curiosidades....2

Porque no nos fiamos de nadie. Eso me dijo Menina hace poco y me hizo pensar que si tiras del hilo se convierte en causa última de muchas otras cosas. Porque no nos fiamos de nadie, y mucho menos de los que son diferentes a nosotros.


Esta sociedad no aliena a los inmigrantes, no puede, son demasiados. Esta sociedad no rechazó su entrada cuando necesitó mano de obra tras la IIGM, pero de repente se ha dado cuenta de que aquellos que llegaron nunca aprendieron la lengua del país porque no lo necesitaron, y sus hijos tampoco o mal. Hay barrios que ya no son ejemplo de integración de dos culturas como antaño, la holandesa y la turca, o la holandesa y la marroquí, hay barrios que los holandeses ya ni siquiera pisan porque se sienten extraños entre una gente que hablan una lengua que ellos no entienden y que aún no han aceptado que forma parte de esta nueva sociedad. Hay controversia, mucha, porque según esta sociedad no hay racismo pero sí hay clases porque hay diferencias. Con la llegada masiva de inmigrantes y la incorporación de sus hijos e hijas a las escuelas de enseñanza primaria, se encontraron que las escuelas de estos barrios eran de un colorido inusual y los padres empezaron a preocuparse por sus buenos hijos blancos, por los ejemplos que iban a observar, por si el nivel de los estudios iba a descender, porqué estaba claro que un niño marroquí no podia tener las mismas oportunidades que uno holandés, y si iban a la misma escuela el holandés iba a estar en desventaja frente a otros holandeses cuando se sumergiera en el mundo laboral. Porque esta sociedad es así, es ferozmente competitiva, racionalmente económica y orgullosamente clasista. Así se formaron lo que llaman witte schools (escuelas blancas) y zwarte schools (escuelas negras) donde desde bien pequeños los niños aprenden en esta sociedad tan integradora el concepto de diferencia, no económica, no por el barrio donde vives ni por la marca de tus pantalones, sino básicamente por el color de tu piel. ¿Y qué es sino el racismo?
No acaba ahí. Utilizan tres conceptos: buitenlander (extranjero), alóctono y autóctono. El extranjero es el que acaba de llegar, el que no tiene permiso de residencia definitivo. El autóctono es el que es de aquí, es blanco y tiene pasaporte holandés. El alóctono es el hijo del inmigrante que ya nació aquí, que tiene pasaporte holandés, que ha estudiado y ha vivido en la sociedad holandesa y disfruta de los mismos derechos y obligaciones que un autóctono, pero no es blanco. Es decir, que en esta sociedad no existe racismo, pero existe una palabra que te define según tu color, sólo y exclusivamente eso, con las connotaciones que conlleva. Me parece un poco fuerte, no el hecho de que así sea, porque sucede en muchas partes, sino que encima nos vendan la moto de sociedad abierta e integradora. Vamos, hombre!

7 comentarios:

Amoureux dijo...

Desde luego, nada tiene de modélico. Me recuerda mucho al caso francés, que conozco muy de cerca, y a lo que España está empezando a hacer. No hay mayor error que no aprender de los errores de los demás.

Agia dijo...

Ultimamente empiezo a creer que nadie aprende de los errores de los demás, se limitan a repetirlos porque económicamente son rentables.

Anónimo dijo...

Linda, tu blog es una delicia. Primera vez que entro y llevo toda la mañana enganchada.
Ya queda poquito para nuestra visita y para al menos una velada de conversación interesante (por favor!!!). Un pequeño oasis antes de volver a la realidad calagurritana.
Un besazo, guapa!

Anónimo dijo...

Hola preciosa, mu chulo tu blog! Me esta sorprendiendo mucho leer que te sientes tan sola (o tan falta de vida social) como yo por aqui, tendremos que hacer algo para solucionarlo, no? Si tengo que pasar otro invierno como el de este año te prometo que hago las maletas y me vuelvo!

En cuanto a lo del racismo en Holanda, bueno, siempre hay dos formas de ver las cosas, y aunque todo lo que dices es cierto, tambien lo es que los turcos/marroquies no quieren a holandeses (rubios) viviendo en “sus” barrios, y que han tenido que bajar la edad obligatoria de escolarizacion a 4 años en vez de 6 porque muchos de los niños “morenitos” que empiezan el cole no hablan ni una palabra de holandes lo que retrasa al resto de la clase. Y claro, los papas holandeses se preocupan por si la educacion de sus hijos se va a ver afectada, porque como todos los papas del mundo quieren la mejor enseñanza para sus hijos (no se les puede culpar por eso). Y es que no podemos olvidar que la lengua oficial de este pais es el holandes (y manda narices que yo lo diga!). En fin, creo que mas que un problema de color es un problema de comunicacion, por parte de todos.

Un besito

Anónimo dijo...

Exactamente: "¡Vamos, hombre!". estoy totalmente de acuerdo. Pero el tema es complicado, como vos bien lo explicás en el post. Yo me pongo en el lugar de los nativos y los entiendo, pero también entiendo el resentimiento que eso genera en los demás. Creo que la inteligencia del gobierno holandés sería saber trabajar con su sociedad como lo hace con las variables económicas y políticas.

Pachi dijo...

Subimos al tren, uno de mis jefes y yo. Parece un tio encantador, trabajador, de pueblo con pasta ganada a pulso y cierto rencor a los señoritos de toda la vida. Avanzamos por el vagon y se sienta en contra dirección. Dos filas más allá hay dos filas enfrentadas con mesita y tres asientos libres. Dos de ellos hacia la marcha, mas espacio, puede ver el paisaje...no lo entiendo. Bueno si, ella es de Surinam. Donde él vive los inmifrantes son sudamericanos, marroquies, argelinos, rumanos, pero no hay negros Sólo hay que rascar y el miedo a lo desconocido sale. Estuve por dejarlo ahí solo y sentarme con ella, pero bastante hacía luchando con mi morriña.

Iván Payá dijo...

Hola... Que vengo por recomendación de Marta... No he leído casi nada, pero por lo poco que he visto creo que me va a encantar...

Prometo comentar cuando te lea un poco más. Hasta entonces, un beso...