CLICK HERE FOR THOUSANDS OF FREE BLOGGER TEMPLATES »

miércoles, septiembre 24, 2008



Últimamente me encuentro que me levanto por las mañanas y soy feliz. Y cuando lo digo en voz alta no puedo evitar bajar la voz, no sea que los dioses o la vida o lo que sea descarguen su furia sobre mí y sin saber cómo se desvanezca el sentimiento como si se tratara de humo o de una ilusión.

De la felicidad se habla siempre con la boca pequeña y con personas escogidas, pues al pronunciarla parece como si la palabra se lavara y perdiera su vigor. Y ese mismo miedo al capricho de los ángeles es lo que nos hace vivirla como si en realidad no nos perteneciera, con miedo a tocarla, como las cajas doradas de los escaparates por Navidad, que sabemos hermosas y vacías, pero que resplandecen eternas a los ojos de los niños detrás del cristal.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Últimamente no me apetece levantarme, ando tan perezosa y cansada, que me apetecería mucho estar en la cama hasta las 10 por ejemplo. Pero claro, como me despierta siempre mi hija con su pelo de Pequeño Príncipe y su vocecita suave, me despierto en un plis plas y muy feliz de poder disfrutar de un día más de mi vida con ella. Ains.

Agia dijo...

Que lindo, que bonito ser mamá...