CLICK HERE FOR THOUSANDS OF FREE BLOGGER TEMPLATES »

lunes, febrero 27, 2006

El Purgatorio

Como últimamente estoy con los recuerdos y el ánimo alterados...será que hace 4 días que hace un sol espléndido y eso en Holanda es altamente extraño...será que llega la primavera y la sangre altera ...será que tocaba ya poner los puntos sobre las íes a una serie de cosas que hasta ahora no he podido acabar de digerir... El caso es que ahí va otro en primera persona de cosas que importan lo suficiente como para escribirlas pero pretendes que dejen de importar en cuanto pones el punto final. Llamémosle "Purgatorio", purifiquémonos para alcanzar la gloria.

Yo una vez me enamoré de una persona que me susurraba poesías en la calle, en la noche cerrada, que me miraba a los ojos y sacaba todos mis miedos, salían flotando en el aire y se quedaban girando a mi alrededor como estrellitas después de un porrazo, para que pudiera verlos bien. Me enamoré de una persona que decía quererme, que gustaba de asumir riesgos, alguien que había hecho de su dios las palabras, y su boca podía ser tanto un arma mortal como la más cálida y tierna letanía.
Me costó medio año tomar la decisión de largarme de casa con lo puesto, de huir lejos, y un año más alejarme definitivamente. Ahora, después de 3 años, cuando pienso en él ya no siento miedo. Nunca me pegó, lo más que llegó fue cogerme por el cuello contra la pared, pero eso ni siquiera se lo tomo en cuenta. El miedo viene de otro sitio, y no puedo explicarlo todo por el alcohol, pero sé que agravaba las cosas. Hoy día no puedo evitar el rechazo inconsciente al olor a fruta madura del aliento borracho, tan y tan conocido. Se clavó en mi memoria como aviso, como alarma antes de la tempestad. Era cómo olía y cómo me miraba. Tenía los ojos azules, casi transparentes, y eran el reflejo exacto de su alma. El miedo, al final, estaba siempre, porque nunca sabía si esa tarde al llegar a casa su mirada iba a excrutarme de arriba a abajo, porque ya me había juzgado y sentenciado sin yo siquiera saber de qué coño iba el juicio. El sentimiento de culpa me consumía, culpa por lo que hice en el pasado, por lo que no hacía, por lo que podría haber hecho. Su insulto preferido era puta, pero tenía mil descripciones para no pronunciar esa misma palabra. Pero me quería, y yo era un poco tonta, y pensaba que eso bastaba para un final feliz. El problema entonces era que me pillaba despistada, por eso aprendí a anticiparle, a pensar como él, a preveer para no darle motivos, a analizar todo desde la visión más egoísta y suspicaz para estar preparada... y me volví como él. Y eso sí que no se lo perdono. Me volví celosa, inquisidora, fría, insegura, suspicaz y agresiva. Una loca. No digo que él creara al monstruo, digo que él lo sacó a la superficie. Fueron tres años y medio, te da tiempo a crear nuevos patrones de comportamiento. Da tiempo a que cale de verdad. Desde entonces mi reto personal es deshacerme de esos patrones, encontrar otros que me hagan más feliz, que me den una visión del mundo más bella. Porque estoy completamente segura que el mundo es conforme tú lo miras. Por eso él sigue siendo una persona que destruye lo que tiene alrededor, porque está convencido de que el mundo quiere destruirle a él. Y ni siquiera es suficientemente valiente como para plantearse otra posibilidad.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Me hace pensar en los llamados "años oscuros" de la Edad Media, donde todo se decía que era tenebroso y sombrío. Pero con una mirada nueva resulta que sirvió para mucho más de lo que parecía. Para coger impulso, para saltar a otra vida, a otra cosa. Deseo que tu renacimiento sea bello y pleno.
Un beso desde la vieja Castilla

Marikato dijo...

Es que hay cosas que las veo predestinadas, parece que tenemos que pasar por ella aunque no las entendemos en este moomento, porque el daño toma cuenta de nuestros corazones sin enseñarnos lo obvio, lo que nos servirá de experiencia... espero que hoy en día lo puedas ver Agia, y que te sirva para una futura experiencia.

PD - yo tengo mis ojos encantados por uno de ojos azules... le veo hasta cuando me miro al espejo..... le tengo que olvidar, pero me da pena olvidale.... ay Dios como se sufre!!!!

Un beso querida, que tengas buen día!!

Agia dijo...

Ian... sí que fueron años oscuros, sí. Sin embargo el salto a la nueva vida es eterno, siempre puedes ir a más. Gracias por seguir leyéndome.

Marikato, Yo no creo en el destino como algo escrito, creo en que nos encontramos con lo que buscamos de alguna manera. Por eso hay que tener cuidado...alguien dijo "se derraman más lágrimas por los deseos cumplidos que por los no cumplidos".

Marikato dijo...

Yo creo que algunas situaciones son predestinadas, no las veo de otra forma. Ya otras no. Pero de acuerdo que uno mismo hace su propio destino, aunque hay cosas que nos pasan que son inevitables. Un beso.

Agia dijo...

La inevitabilidad de las circunstancias las decide uno mismo...somos seres libres de decidir si entramos o no, si salimos o no, si paramos si corremos, si repiramos... Al final todo es una cuestión de decisión.

Anónimo dijo...

a dia de hoy aun lloro a veces por los mismos ojos azules de los que hablas que crei que me querian ke estupida me senti despues sobre todo al preguntarme si signifique algo para el, pero no puedo mas que darte la razon, tu mas que nadie sabes la verdad, no te conozco pero me hace superfeliz que seas feliz y poder yo tb empezar una nueva vida. gracias y sigue sonriendo.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.