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miércoles, marzo 01, 2006


Hoy ha nevado. Salí de casa esta mañana a buscar mi bici y estaba el sillín blanco. Seguía nevando, e intentaba pedalear sin mirar al suelo, por aquello de que si vas mirando al suelo te pierdes la vida, y los copos se estrellaban contra mis pestañas y se colaban por los agujeros que encontraban, boca, nariz... Un rollo. Al salir de clase nos hemos hecho fotos. Hoy B. no ha venido a clase porque sus hijos, que acaban de encontrarse después de 2 años, nunca habían visto la nieve. (En Filipinas la temperatura mínima es de unos 16 grados.) Les imagino a los 4 detrás de la ventana, cada uno con su miedo, pero viendo aquella fiesta de bolitas blancas, revoloteando y girando a su antojo, estampándose contra los árboles, contra la acera y contra el cristal, seguro que ha hecho que se olviden de ellos por unos minutos, quizás más. Quizás es el comienzo de una nueva forma de entender la vida juntos, y la nueva forma de entender qué es y qué hace un papá.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

es bonito descubrir cosas, pero creo que lo más importante es mantener la llama de la emoción de lo que vamos descubriendo..., ya sabes que soy amante de la perseverancia.
besos,