CLICK HERE FOR THOUSANDS OF FREE BLOGGER TEMPLATES »

jueves, mayo 31, 2007

La tele


A veces pienso en el ser humano, en mí, en si cada uno con su granito de arena, que es su propia vida, no debería hacer algo en lo que creyera, algo que trascendiese a uno mismo y que ayudase, o al menos estuviera dirigido, a anteponer un bien común y a mejorar el mundo que nos rodea.

Algunos lo hacen, y se esfuerzan diariamente en prestar atención a los detalles, en reciclar, ahorrar agua y electricidad, no comprar según qué marcas que atentan contra la calidad de vida de otros... aunque no tengan cara y sean de países muy lejanos. En devolver sonrisas a los bocinazos de la mañana, a tener cuidado de no herir, ofender o manipular, en la voluntad de ayudar, en intentar ver lo bueno en aquello que miras, sea lo que sea o quien sea.
Otros colaboran o están afiliados a organizaciones pro-medio ambiente, o por la libertad, o la tolerancia, o la igualdad. Como sacar a pasear un día a la semana a discapacitados y llevártelos al cine o de copas. Aquellos que hacen o invierten en hacer que alguien en el mundo esté menos mal. A todos les admiro, en especial a aquellos que consiguen creer y vivir de la misma manera, porque al fin y al cabo son el ejemplo.

Pero en especial otorgo especial importancia a los comunicadores, a aquellos que llegan a muchos y que con su voz, con su discurso, están creando una opinión pública. Aquellos pienso que deberían regirse más que nadie por un código ético y moral, porque son ellos los que se acaban colando en cada salón de cada casa, y son ellos los que bombardean un tipo de información u otra, y son ellos los que desgraciadamente dirigen y establecen el camino de la mayoría. Por eso ellos, nosotros, somos especialmente culpables de que las personas hoy en día no tengan acceso a la información para poder ser críticos y tener una opinión que no sea blanco o negro. Anteponer las audiencias al valor fundamental socializador que tienen los mass media es un error que la sociedad paga desde abajo, desde los que además de no tener información, no tienen acceso ni tiempo, y contribuye a crear nuevas generaciones desnutridas, desalentadas e insatisfechas.

Que ya está bien, hombre, que es una vergüenza que se hagan llamar televisiones públicas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Habría que formar conciencia directamente desde la universidad, porque la profesión es tan exigente y competitiva que es fácil perder de vista el norte...

...Pero cómo no estar de acuerdo?!

Anónimo dijo...

Comunicación, información, representación, enunciación, manipulación, castración, represión, coacción, prohibición….son el nuevo campo semántico de los medios de masas. En el siglo XX los regimenes totalitarios se dieron cuenta que la apropiación del imaginario colectivo, su modificación, su uso fragmentario y arbitrario era la mejor receta para el control social y la consecución de sus fines. Hoy en día hemos terminado con las tiranías de facto (¿Seguro?), pero sus métodos siguen vigentes. Otros tipos de yugos nos aprisionan: consumismo, indolencia, apatía, falta de espíritu critico, y los medios de comunicación (espero que haya excepciones) son sus catalizadores. Es paradójico que en la sociedad de la información cada día sepamos menos de nosotros y de los que nos rodean.